Educación en tiempos del Covid-19

La faceta camaleónica de los maestros.

Aún en los peores momentos los maestros siempre sacamos fuerzas de flaqueza y nos sobreponemos a las adversidades que van llegando.

Para muchos el paso de una educación "analógica" a una completamente digital ha supuesto un gran quebradero de cabeza (por definirlo de alguna manera). En general, gran parte de los maestros no estaban realmente preparados para asumir una educación online y esto es una crítica personal porque hay infinidad de maestros, buenos maestros, que les importa un comino el tiempo que se dedique, el dinero invertido y la infinidad de horas sentados delante del ordenador preparando un buen proyecto, pero como en toda historia siempre hay antítesis... y en esta no iba a ser menos.

Yo simplemente soy una humilde interina que ve y siente mucho y desgraciadamente ve cómo una parte importante de los compañeros no tiene ningún conocimiento de tecnología (que ojo eso no es lo malo), sino que no muestra absolutamente ningún interés por aprender, nada.

Y es en este punto donde surge una incipiente desesperanza de ver cómo aquellas personas que deberían de preocuparse por adaptarse a los alumnos y a la sociedad cambiante en la que nos encontramos (si echamos la vista atrás fijaros todo lo que hemos evolucionado en muy poco tiempo: internet, móviles, tecnología, robots...) apenas mueven un dedo y ves, asomada tristemente en el umbral de sus puertas cómo aquellos alumnos que con tanta ilusión habían empezado la etapa se van diluyendo poco a poco.

No nos engañemos, la tecnología no es imprescindible, ni debería ser una deidad idolatrable por encima de todas las cosas, no, es un complemento más del que podemos echar mano y que, desde luego, trae muchas ventajas al aula y nos aporta innumerables ayudas a la hora no solo de impartir los contenidos, sino también de evaluarlos.

Y tampoco estoy diciendo que eres peor o mejor maestro por usar la tecnología pero, por favor, sal de tu zona de confort y aprende, aprende todo lo que puedas y más porque el mundo está lleno de nuevos aprendizajes que nos están esperando ávidos de que alguien los destape, los experimente y descubra que no solo lo que sabemos está bien, sino que podemos incorporar nuevos elementos que hagan nuestras prácticas mucho más atractivas para nuestros alumnos, ¿y no es eso al final de lo que se trata?

Esto no va de saber más o menos, va de ver en cada uno de nuestros alumnos sus virtudes y potenciar todo su poder, va de llegar a su corazón para saber qué necesitan y poder dárselo de la mejor manera, va de adaptarse a su forma de aprender, va de fallar una y otra vez y mejorar tras cada fallo, va de no rendirse nunca, de perfeccionar lo que tenemos y volver a intentarlo. Eso es lo que hace bueno a un maestro, el eterno y ávido afán por aprender sin rendirse jamás, siendo capaz de trasmitir ese sentimiento a sus alumnos.

Y bueno después de esta "pequeña reflexión" personal, como ya os he dicho soy una pequeña interina y a penas tuve tiempo de experimentar los tiempos de Covid en la escuela por la falta de llamamientos, pero para mi hubiese sido un reto muy bonito para poner en práctica todo lo que he ido aprendiendo con Flipped Classroom, pero volveré a la escuela después del virus con más energía y ganas que nunca y seguiré tratando de enseñar todo lo que sé a mis compañeros para que juntos construyamos una educación de calidad y accesible para todos (pero de verdad).

Gracias por leerme y nos vemos en el MOOC.